El equinoccio de septiembre marca el inicio del otoño en el hemisferio norte y la primavera en el hemisferio sur. En todo el planeta, el día y la noche tienen la misma duración, marcando un equilibrio entre la luz y la oscuridad, que es exactamente el prototipo del yoga: la unión entre los opuestos complementarios.
A partir de este evento los días comienzan a tener cada vez menos tiempo de luz solar, por lo que inicia una temporada de recogimiento e introspección que nos permiten reflexionar sobre los logros obtenidos hasta este momento y los cambios que debemos realizar para cumplir con los objetivos que nos planteamos al inicio del año solar (en enero).
En muchas culturas la fecha del equinoccio de otoño se celebra dando gracias a la Tierra por la plenitud de las estaciones anteriores, compartiendo los frutos de la cosecha.
En la naturaleza, es el momento en que muchos animales recolectan alimentos preparándose para el invierno y las aves migran hacia sitios más cálidos.
Reflexiones sobre la palabra “Otoño”
Otoño viene del latín Autumnus (formada por auctus: aumentar o plenitud y annus: año) Etimológicamente significa “la plenitud del año”, lo cual parece contradecir la imagen tradicional que tenemos de hojas secas y caídas, pero en realidad la plenitud a la que se alude es a la de los cultivos que llegan a su madurez para realizar la cosecha. La plenitud no se refiere al declive sino a la madurez.
El Otoño de acuerdo al Ayurveda
De acuerdo con el ayurveda, la ciencia milenaria de sanación (hermana del yoga), el otoño es una estación de vata, es decir de aire y resequedad tanto en el ambiente como en el cuerpo. Por esta razón, las recomendaciones ayurvédicas para esta estación son mantener el cuerpo cubierto para sostener su temperatura cálida, comer alimentos condimentados con especias, beber tés, practicar saunas o temazcales, masajear el cuerpo con aceite y se enfatiza en la importancia de mantener una dieta regular, así como un horario de actividades regular y disciplinado, ya que la tendencia natural del cuerpo y la mente se vuelve como la del viento, volátil y dispersa.
Consejos para mantenerte en equilibrio
Establece una disciplina diaria llevando la Rutina diaria ayurvédica:
Medita diariamente:
Practica una rutina de estiramientos para dar movilidad al cuerpo: